MUERTES POR CELULARES

Los asesinatos en fechas sucedáneas de Luís Medrano Reyes y Cristian Almonte, ocurridos en Santiago de los Caballeros, con el único objeto de despojar-los de sendos teléfonos celulares, se suman al de otros casos recientes o de antigua data y que por idénticas razones, siguen generando inquietud en la población, porque la conclusión es que debe tenerse un alma muy negra, ser gente de inclinación enfermiza mente criminal, para disponer de la vida de una persona para arrebatar al agonizante, un aparato que, por mucho que cueste, indudablemente vale menos que la existencia que se arrebata.

La Policía Nacional debe frenar con las acciones de inteligencia a las que se obligue a recurrir, sucesos tan espeluznantes, pues la sociedad dominicana no puede quedar sujeta a que unos bribones sin sentido de lo social dicten normas del mal como las propias a imperar entre los integrantes de la comunidad.

Razón enorme tiene el jefe policial, el general Manuel Castro Castillo, al quejarse de las actuaciones de tribunales en los cuales son liberados estos asesinos; pero también debe recordárseles a los departamentos jurídicos de la Policía que deben sustanciar cada uno de los expedientes remitidos a las instancias judiciales de instrucción, de manera que las indagaciones complementarias completen la historia de un suceso sin género de dudas, para determinar quién es el responsable y el alcance de la actuación.

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