El que hace político como una vocación de servicio
- Por: Willy Torres Guerrero
- Jul 2, 2015
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En este mundo todos somos aves de paso. Todos somos unos pasajeros en tránsito, pero el afán desmesurado de poseer bienes materiales en gran escala y a cualquier precio, ha llevado a la mayoría de los políticos dominicanos de casi todos los partidos a ejercer la política no como un servicio sino más bien como un medio de movilidad social. El gran reto del liderazgo sano emergente representado por Luis Abinader, Guillermo Moreno, Eduardo Estrella y otros es demostrar con hechos que ellos representan un nuevo paradigma del quehacer político, inspirado en una vocación de servicio desinteresada en lo personal, grupal y particular para trazar el nuevo horizonte de un proyecto de nación que sea participativo e incluyente. ¡Basta ya del mercantilismo politiquero que ha prohijado el comesolismo peledeísta! ¡Basta ya de la concepción patrimonialista de los bienes del Estado! ¡Basta ya de pensar que el fin justifica los medios! ¡Basta ya de las malas prácticas de hacer las cosas malas en sí por buscar ganancias políticas, como han sido los pactos políticos, la compra de votos para la reelección y la creación de una imagen de bondad que deja mucho que desear! Como ejemplo de esta indeseabilidad está el hecho de que Danilo Medina invierte más dinero en la promoción de su imagen de “bondad ficticia” que en salud pública. La inversión en la promoción de su imagen anda por más de mil millones mensuales mientras que en salud apenas invierte 700 millones mensuales para todos los hospitales. Invierte más dinero en nominillas y clientelismo múltiple que en subir el salario de los servidores públicos y de la Policía. Amigos lectores, no hay ningún efecto que no tenga una causa eficiente que lo origina. Así la gran inseguridad y alto nivel de delincuencia que nos azota se debe a que los gobiernos del PLD se han orientado más a la retención del Poder para servirse de él que a la solución de los grandes problemas de la Nación. Necesitamos políticos que “coman en su casa y beban en el río” para que nadie les pase facturas. Necesitamos un nuevo liderazgo que tenga como aspiración máxima la búsqueda del Bien Común. Necesitamos líderes que se inspiren para su quehacer político en las enseñanzas de estos versos: “El bien hagamos con ansia inmensa, sin esperanza de recompensa, como las aguas del manantial que a todos dan sin esperar”. ¡Qué diferente sería la política si como las aguas del manantial a todos dieran su frescura bienhechora, sin esperar otra recompensa que no sea la del deber cumplido. Tenemos el reto de soñar el tipo de liderazgo político que necesitamos. Necesitamos un liderazgo político libre del peor enemigo humano: “El egoísmo camuflado de bondad”, que representa el proyecto reeleccionista de Don Danilo.
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